Un compromiso con toda la cadena de valor para reducir el plástico

Tribuna

Un compromiso con toda la cadena de valor para reducir el plástico

El plástico y sus consecuencias sobre el medio ambiente y los ecosistemas marinos se ha convertido en un desafío de gran trascendencia social y política. Tanto sus consecuencias como las posibles soluciones son globales, por eso, desde la propia Comisión Europea se está impulsando una extensa producción normativa que va a marcar las directrices de los Estados Miembros, empresas y consumidores en el futuro inmediato.

Desde el sector de la distribución, nuestras empresas asociadas han sido en muchos casos pioneras en asumir compromisos medioambientales y soluciones para la reducción y prevención del consumo de plásticos, involucrando a todos los eslabones de la cadena de valor agroalimentaria en la mejora de la eficiencia, desde el sector primario hasta el consumidor.

Destaca la reducción del consumo de bolsas de plástico alcanzada en los últimos años a través de iniciativas voluntarias como el Pacto por la Bolsa de Cataluña que se firmó en 2009 y que logró reducir en un 96,6% su uso en los hipermercados, según datos de la Agencia de Residuos de Cataluña. Esta reducción se consiguió desde un enfoque voluntario, en colaboración con los consumidores, antes de que entrara en vigor en 2017 la Ley que obliga al cobro de la bolsa. Principalmente, concienciando a los clientes sobre la utilización de las bolsas reutilizables, de otros materiales y alternativas sostenibles para llevarse la compra.

En colaboración con los proveedores se ha impulsado el ecodiseño de los envases y embalajes, para prevenir el uso de materias primas, optimizar el tamaño de los envases, ahorrar espacio en la logística y fomentar el uso de materiales con menos impacto ambiental en su ciclo de vida, reciclados y reciclables.

En otras cuestiones que suscitan preocupación entre los consumidores como la del sobre-envasado, las empresas están procediendo a un análisis minucioso con los fabricantes de plástico para reducir su cantidad y buscar alternativas. Esta reducción de material ya se ha impulsado en envases de plástico para los productos de marca propia y los frescos envasados en tienda para evitar el sobreembalaje. De forma paralela, se está dando un impulso de la venta a granel de los productos frescos, que ayuda al consumidor a optimizar su volumen de compra; y en la medida en que otras normativas como la sanitaria o la agroalimentaria lo permitan, se están buscando fórmulas como la reutilización de envases.

También se está buscando de la mano de la cadena de valor soluciones que favorezcan los procesos de reciclado de los materiales, con materiales de envasado con una mayor reciclabilidad o menor impacto en su ciclo de vida que el plástico convencional de un solo uso.

En el ámbito de la sensibilización de grupos de interés, sin duda los consumidores y los empleados tienen un rol central. Con los consumidores, nuestras empresas están trabajando acciones de información y formación, no sólo en el aspecto de las bolsas; si no también en la correcta separación de los residuos que generen en sus hogares. Mientras que con los empleados, se trabaja la formación para la correcta separación de los residuos desde su generación hasta su depósito en el contenedor correspondiente para su reciclaje.

La economía circular es otro foco de trabajo en el sector. Todas las empresas de ANGED tienen planes de gestión medio ambiental y programas de gestión de sus propios residuos que, año tras año, permiten incrementar los porcentajes de reciclado, reutilización, reducción de materiales y posterior valorización. El objetivo es avanzar hacia un modelo de Cero Residuos y, entre otros, ya se han conseguido valorizar de media el 88% de los residuos de cartón, papel, plástico y madera. Por otro lado, en aquellos productos que las empresas ponen en el mercado en su condición de productores (marcas propias), participan en los sistemas de responsabilidad ampliada del productor, financiando la gestión de los residuos que se puedan generar, a través del Punto Verde.

Tanto el plástico como el resto de alternativas y sustitutivos en los que se está trabajando juegan, en determinadas ocasiones, un rol necesario en la cadena alimentaria y son imprescindibles para la seguridad e información de los consumidores en muchas categorías de productos. Por eso es tan importante el trabajo coordinado que se está llevando a cabo desde los sectores implicados, las Administraciones y los consumidores para conseguir una cadena de valor más eficiente y sostenible.

Javier Millán-Astray, Director General de ANGED

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