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Cumbre de los Océanos en Niza 2025: conclusiones para construir un futuro azul

Del 9 al 13 de junio de 2025, la ciudad de Niza acogió la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos. Líderes globales, personas científicas, pueblos indígenas, empresas y sociedad civil se reunieron para debatir en torno a un objetivo común: evitar el colapso del ecosistema marino.

António Gutèrres, secretario general de la ONU, fue contundente en la inauguración: “Debemos poner fin al saqueo de los océanos”. El océano sostiene el 90 % del comercio mundial y, en términos económicos, equivale a la quinta mayor economía del planeta. Sin embargo, la sobreexplotación, el cambio climático y la contaminación están deteriorando sus ecosistemas a una velocidad alarmante.

En este artículo analizaremos las conclusiones finales de la cumbre de la ONU sobre los océanos, donde se consolidaron compromisos en ciencia, financiación y gobernanza.

1. Niza 2025: Avances en la protección de los océanos a nivel global

Con Francia y Costa Rica liderando la coorganización, Niza logró clausurar con una oleada de compromisos con la protección del océano. Los principales acuerdos alcanzados se estructuraron en torno a tres pilares clave: el Plan de Acción de Niza, los compromisos voluntarios regionales y la mejora de la gobernanza oceánica. A continuación, repasamos los hitos más relevantes.

1.1. Plan de Acción de Niza: compromiso multilateral por los océanos

El principal resultado de la cumbre fue el Plan de Acción de Niza sobre los Océanos, compuesto por una declaración política y más de 800 compromisos voluntarios impulsados por gobiernos, instituciones científicas, agencias de la ONU y entidades de la sociedad civil.

En el centro de este plan se encuentra la declaración política titulada Nuestro océano, nuestro futuro: unidos para una acción urgente que reafirma el objetivo de proteger el 30% de los océanos y la tierra para 2030. Esta declaración proporciona el marco estratégico del Plan de Acción y respalda marcos internacionales como el Acuerdo de Kunming-Montreal sobre Biodiversidad y los objetivos climáticos de la Organización Marítima Internacional (OMI).

1.2. Compromisos europeos para el futuro del océano

Entre los compromisos voluntarios, destacaron los de la Unión Europea y los países de la región. En concreto, la Unión Europea destinó 1.000 millones de euros a 50 proyectos internacionales de conservación marina. Se trata de medidas que buscan impedir daños irreversibles en los fondos oceánicos antes de que sea demasiado tarde.

A nivel país, Alemania anunció un programa de 100 millones de euros para retirar municiones submarinas de los mares Báltico y del Norte. Por su parte, la Polinesia Francesa se comprometió a crear la mayor zona marina protegida del mundo, que abarcará toda su zona económica exclusiva, unos cinco millones de kilómetros cuadrados.

En el caso de España, nuestro país anunció un incremento de las áreas marinas protegidas hasta cubrir el 25,7 % de sus aguas, incluyendo una nueva zona de cría de cachalotes en Menorca. Además, el gobierno español comprometió 8,5 millones de euros al Fondo Azul del Mediterráneo y urgió a la UE a legislar con una nueva “Ley del Océano” que blinde su protección.

1.3. Gobernanza oceánica: el Tratado de Alta Mar y más allá

Otro de los consensos más importantes alcanzados en Niza fue la urgencia de ratificar el Tratado de Alta Mar (BBNJ), aprobado en 2023 pero aún pendiente de 60 ratificaciones para su entrada en vigor.  Se trata de un tratado jurídicamente vinculante que permitirá crear áreas marinas protegidas en alta mar, una herramienta clave para alcanzar el objetivo del 30 % de protección oceánica global para 2030. Al finalizar la conferencia, 56 países lo habían ratificado y 12 más anunciaron su intención de hacerlo, asegurando su entrada en vigor antes de fin de año.

Además, se discutieron nuevas medidas dentro de la Organización Marítima Internacional (OMI). Entre ellas, la creación de un impuesto global al carbono del transporte naval y estándares para reducir el ruido submarino, que afecta gravemente a especies como ballenas y delfines.

2. El papel del sector privado en la protección de los océanos

Durante la Cumbre, desde el Pacto Mundial de la ONU participamos activamente para acompañar y motivar al sector privado a impulsar soluciones sostenibles para los océanos.

Para ello, nuestra matriz, UN Global Compact, presentó la Declaración de Acción Empresarial: Tierra y Mar, una Conexión Vital para una Economía Resiliente y Próspera, respaldada por más de 80 empresas de 25 países. La declaración insta a los responsables políticos y económicos a fortalecer la cooperación global y a acelerar la acción para conservar y utilizar los océanos de forma sostenible.

Además, se lanzó la Ocean Investment Protocol, una guía innovadora que busca movilizar capital hacia sectores clave como la energía renovable offshore, la pesca sostenible y la resiliencia costera, alineando las inversiones con los principios de la sostenibilidad marina y el Acuerdo de París.

Por otro lado, en colaboración con la Iniciativa de la Cámara de Comercio Internacional (ICC) y el Foro Económico Mundial (WEF), UN Global Compact organizó una mesa redonda sobre la economía azul, en la que se destacó la importancia de integrar los riesgos y oportunidades oceánicas en las estrategias empresariales.

Por último, desde el Pacto Mundial de la ONU España lideramos la sesión «The Blue Economy in Action for the Mediterranean«, moderada por nuestra responsable de Medioambiente, Rosa Díaz. Este espacio permitió compartir buenas prácticas de las empresas que forman parte de nuestra iniciativa Global Compact for MED y debatir sobre los desafíos y oportunidades para proteger el Mediterráneo. Entre las voces destacadas, Víctor Galván, Global Director of Nature de Iberostar Hotels & Resorts, aportó una perspectiva clave sobre el papel del turismo responsable en la conservación marina.

3. Financiación azul: una arquitectura transformadora

Uno de los grandes logros de la Cumbre fue el debate sobre una nueva arquitectura financiera para los océanos. El objetivo es claro: construir un modelo estructural que garantice inversiones sostenidas.

Desde el Pacto Mundial de la ONU enfatizamos la necesidad de que los mercados financieros reconozcan el valor estratégico del océano. Se presentaron soluciones como bonos azules, mecanismos de compensación por servicios ecosistémicos y fondos multilaterales que garanticen equidad para países insulares y costeros en desarrollo.

Estas herramientas financieras deben alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente el ODS 14: Vida Submarina. Porque proteger el océano es una inversión en estabilidad climática, biodiversidad y seguridad alimentaria global.

La Cumbre de Niza ha marcado un nuevo punto de partida. Quedó claro que solo con acción multisectorial, cooperación internacional y compromiso empresarial será posible detener el deterioro del océano. Porque proteger los océanos es protegernos a nosotros mismos. Niza ha dejado claro que el momento de actuar es ahora.

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