Tú amas el océano, nosotros también

Tribuna

Tú amas el océano, nosotros también

Los océanos son esenciales para la vida. Vivamos donde vivamos estamos conectados a ellos irremediablemente. Ocupando el 70% de la superficie de nuestro planeta los mares y océanos tienen un papel fundamental en la regulación del clima, en la generación de oxígeno, en la absorción de dióxido de carbono. Albergan más de 230.000 especies documentadas y los científicos estiman que podría haber hasta 1.000.000. Son imprescindibles para el transporte y son fuente de trabajo y alimento para millones de personas en todo el mundo.

La industria está cada vez más concienciada acerca de la importancia de proteger y cuidar los stocks y la biodiversidad asociadas a los mismos. Su futuro depende de ello. Sin embargo, es fundamental que como consumidores estemos informados acerca del impacto que tienen los productos que consumimos.

El atún es una de las especies más populares y sin embargo existe mucho desconocimiento acerca del sector, de las buenas prácticas y de qué debemos tener en cuenta a la hora de comprarlo. Más si cabe, cuando hablamos del atún en conserva. Aquí van algunas claves para conocer aspectos relacionados con su sostenibilidad.

El atún que consumimos en las conservas es generalmente atún tropical. Se pesca en las aguas más cálidas de los océanos Atlántico, Índico y Pacífico, y fundamentalmente proviene de tres especies distintas: listado, rabil y patudo. El rabil y el patudo se comercializan con la denominación de atún claro, porque su carne es de un color más blanco, y el listado se comercializa como atún, sin apellidos. Para poner algunas cifras, las tres especies supusieron el 95% de las capturas de atún en 2019.

Actualmente, el 87,6% de las capturas mundiales provienen de stocks con un nivel de abundancia saludable. De todas las especies, el listado es la que presenta un nivel saludable en los tres océanos.

Además, de una correcta gestión de los stocks de atún es necesario tener en cuenta al menos tres aspectos más para poder tener garantías de sostenibilidad.

1. La pesca ilegal, no declarada y no regulada

La pesca ilegal es una seria amenaza para los ecosistemas marinos y tiene impactos negativos en la industria, los pescadores legítimos y las comunidades costeras de todo el mundo, especialmente en los países en desarrollo.

Todas las embarcaciones legales deben estar debidamente registradas, contar con las licencias adecuadas y cumplir con la legislación establecida. 

2. Vulneración de derechos humanos a bordo

Durante los últimos años se han reportado casos de vulneraciones graves de derechos humanos a bordo de buques atuneros, muchos ligados a la pesca ilegal. Dependiendo del país de abanderamiento del barco existen grandes diferencias relacionadas con la regulación y la vigilancia de estas cuestiones, que hacen aumentar el riesgo.

3. Certificaciones

Actualmente existen distintas certificaciones y compromisos adquiridos por las empresas de productos del mar que garantizan que existe una gestión activa para proteger el recurso y que se garantiza la protección de los derechos humanos de los trabajadores del mar.

Es esencial, por tanto, adquirir productos que puedan ser trazados y en los que el consumidor pueda conocer de primera mano los datos asociados al origen de las capturas. Como ejemplo, además de en el etiquetado, desde la página web de calvo, el consumidor puede consultar el origen del atún que contiene su lata y conocer el barco que lo pescó, cuando fue pescado el atún, la zona FAO y la región oceánica donde se pescó, la especie, el puerto de desembarco y la fábrica donde ha sido procesado.

Las certificaciones y compromisos adquiridos por las empresas también son una buena guía para asegurar que el atún que vamos a consumir es sostenible. Una de las certificaciones de referencia en este sentido es MSC (Marine Stweardship Council), que asegura que la materia prima proviene de stocks saludables y correctamente gestionados.

En definitiva, desde una compra informada de productos pesqueros podemos ayudar a conservar unos océanos más saludables. La sostenibilidad pesquera es posible y fomentarla está en manos del consumidor. Tú amas el océano, nosotros también.

Mariví Sánchez Jiménez

Directora de Sostenibilidad y Comunicación de Grupo Calvo

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