El Pacto Mundial de Naciones Unidas España ha realizado en su última publicación ODS Año 6, la Agenda 2030 desde un enfoque sectorial, un análisis de implementación de los ODS en diez sectores productivos de nuestra economía, así como de los retos y oportunidades, del que se extraen conclusiones relevantes para los agentes del sector de comercio.

Las cifras de implementación de los ODS para estas empresas no son positivas y sitúan al sector en los últimos puestos para alguno de los indicadores. Sin embargo, la actualidad de la recuperación económica, la simbiosis con el consumidor y el potencial de las empresas y sus organismos asociativos, lo hacen protagonista imprescindible de la transformación que necesita nuestro modelo productivo.

El sector de comercio (mayorista y minorista) y distribución es, en nuestro país, un gigante. Representa actualmente el 13% del PIB español. Quizá se tome consciencia del dato si lo comparamos con el turismo antes de la COVID (12% del PIB) o la construcción (6% del PIB).

Teniendo en cuenta las dimensiones del sector, que supera los 37.000 millones de euros en cifras de negocio, es de esperar que los cambios que se introduzcan vayan prosperando con lentitud. Sin embargo, no podemos olvidar que estamos ante un sector en adaptación ante las nuevas necesidades, que, en el último año ha tenido que acelerar la transformación hacia el e-commerce. No en vano, en España el aumento del negocio digital de 2020 a 2021 ha sido de un 58%. Sin embargo, los avances en materia de desarrollo sostenible no han experimentado la misma celeridad, siendo uno de los sectores a la cola de indicadores claves en sostenibilidad, como los relacionados con la identificación de los ODS prioritarios para sus empresas o la fijación de objetivos medibles en este ámbito.

Se estima que el 79% de las empresas del comercio llevan a cabo acciones en el ámbito de los ODS, una cifra ligeramente inferior a la media de las empresas españolas. Pero sobre todo adolecen del conocimiento de este marco de desarrollo sostenible. El 36% de estas empresas no conoce los ODS, dato que es del 19% en la media del resto de sectores. Esta disonancia entre las acciones emprendidas y el conocimiento de los ODS indica una desconexión entre la práctica y la estrategia empresarial.

Sin embargo, presenta un buen dato en la capacitación de los profesionales del sector frente a otros, pues un 16% de las empresas afirman haber realizado alguna acción de formación a sus plantillas en materia de desarrollo sostenible, frente al 15% de la media de sectores.

En el comercio y la distribución se da el condicionante de que el éxito en sostenibilidad no solo viene impulsado por la parte empresarial, sino que el consumidor, a través de sus decisiones de compra, es un activo fundamental para alcanzar la transformación sistémica del modelo. Sin embargo, es necesario que las empresas hagan una apuesta más decidida por incorporar en su estrategia el marco más generalizado de la sostenibilidad actual, la Agenda 2030, porque solo un 17% de las empresas confiesan tener integrados los ODS en las diferentes áreas.

Conseguir que todos los departamentos empresariales tomen decisiones orientadas al desarrollo sostenible es clave para conseguir coherencia e impacto del negocio, máxime en un sector que se da la mano de manera tan directa con proveedores, intermediarios, consumidores y administraciones.

Un abanico de oportunidades para las empresas de todos los tamaños.

Una verdadera oportunidad de mejora reside en que estas empresas puedan identificar cuáles son los ODS prioritarios para su negocio concreto, un paso clave de la gestión sostenible que solo han realizado un 35% de las mismas. La amplitud del sector supone que esta identificación será dispar en función de la actividad concreta, aunque hay coincidencia en señalar el ODS 5 de igualdad de género y el ODS 13 de cambio climático como los prioritarios.

Esta identificación está alineada con uno de los grandes retos globales del sector: el impacto medioambiental. Las emisiones que ocasiona la distribución y la generación de plásticos son dos ejemplos concretos. Para el Pacto Mundial de Naciones Unidas España, habría dos grandes retos más: una digitalización de la cadena de suministro que garantice la participación de todas las partes interesadas y el fomento del consumo responsable.

Sin embargo, frente a los desafíos obvios, el panorama de la sostenibilidad ofrece oportunidades interesantes para los negocios. Oportunidades que pasan por mejorar la trazabilidad de los productos, la economía circular, la automatización o el fortalecimiento de la compraventa de productos sostenibles,  un mercado que ha aumentado un 54% entre los años 2015 y 2019.

Por  una recuperación rápida, pero que transforme hacia la sostenibilidad

El sector del comercio y la distribución no está íntimamente relacionado con un solo ODS, sino que se imbrica con varios de ellos que son fundamentales para no dejar a nadie atrás: el ODS 12 de consumo sostenible, el ODS 2 de hambre cero, el ODS 8 por el modelo productivo y el fortalecimiento del comercio o el ODS 17 en su meta 10, centrada en la promoción de un sistema de comercio más equitativo. Esto le confiere una potencialidad inmensa y una gran capacidad de transformación que entre todos los agentes debemos impulsar y apoyar.

El marco de la recuperación económica, así como otros avances normativos, como la reciente Estrategia de Desarrollo Sostenible 2030, pueden prestar palancas interesantes de activación de medidas en sostenibilidad. Por ejemplo, en el caso de la Estrategia, una de sus metas es “para 2030, promover modelos innovadores de consumo sostenible y responsable, que incluyan productos y servicios, basados en la transparencia de la información sobre

las características de los bienes y servicios, su duración, reparabilidad y eficiencia energética”.

Asimismo, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que establece transformaciones necesarias y estrategias y normativas a impulsar, recoge entre otras que afectan al sector, la mejora de la competitividad del comercio apostando por un modelo más sostenible o el apoyo a comerciantes y asociaciones de comerciantes en la adopción de soluciones tecnológicas, con particular atención al impulso a la digitalización.

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