Según la Real Academia de la Lengua Española el adjetivo sostenible es “aquello que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medioambiente”. Sin embargo, a nivel país ya hemos agotado los recursos naturales de todo un año, lo que indica que no estamos en la senda correcta del desarrollo sostenible. Debemos dejar de avanzar a costa de los recursos del planeta y empezar a acelerar considerando los beneficios que encierra su cuidado. Y cómo no, para llevarlo a la práctica, necesitamos un sistema financiero que apoye e impulse el flujo de capital hacia un nuevo modelo económico basado en la Agenda 2030.

Y es que, como hemos repetido en múltiples ocasiones, el sector financiero e inversor tiene la capacidad de ejercer de catalizador de la transición al cero neto, ya que pueden dirigir la financiación a proyectos empresariales sostenibles. Por ello, el Anuario 2021 de acción climática empresarial dedica un capítulo a analizar la ambición de las compañías españolas que operan en esta industria. 

Para ello, pone el foco en iniciativas como la Alianza Financiera de Glasgow para las Cero Emisiones Netas, que tiene el objetivo de movilizar los recursos necesarios para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. En total, esta alianza reúne en la actualidad a más de 160 entidades que son responsables conjuntamente de la gestión de más de 70 billones de dólares en activos. Entre estas entidades se encuentran varias españolas como Santander, CaixaBank, BBVA, Ibercaja y Abanca. 

De hecho, el informe destaca casos de éxito de algunas de ellas, como es el caso de BBVA, que se ha comprometido a que todas sus carteras de crédito y de inversión sean neutras en emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050 como fecha límite, en línea con la ciencia y los objetivos más ambiciosos del Acuerdo de París. Además, el impacto directo de su actividad ya es neutro desde 2020.

El informe también ahonda en los Principios de Inversión Responsable, que ofrecen posibles acciones para incorporar criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en las prácticas de inversión. En total, son siete principios:

• Principio 1: incorporar criterios ASG en el análisis de inversiones y la toma de decisiones.
• Principio 2: ser propietarios activos e incorporar criterios ASG en las políticas y prácticas de propiedad.
• Principio 3: buscar que las entidades en las que se invierte divulguen adecuadamente sobre cuestiones ASG.
• Principio 4: promover los PRI en el sector financiero.
• Principio 5: trabajar para mejorar la eficacia en la implementación de los PRI.
• Principio 6: Informar sobre las actividades y el progreso en la implementación de los PRI.

En el mundo, 2.123 entidades se han adherido a esta iniciativa, incluyendo 56 españolas.

Finalmente, dentro del ámbito financiero, el Anuario 2021 estudia Climate Action 100+, que surge desde los inversores para garantizar que las grandes corporaciones tomen las medidas necesarias para frenar el cambio climático. Hasta el momento, son 167 las empresas que han sido escogidas, representando más del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por empresas. Entre ellas pueden identificarse algunas españolas.

Todos estos esfuerzos, junto con el avance en el marco normativo necesario y la alineación con la ciencia, deberán provocar la generalización de una acción climática empresarial ambiciosa y con sendas claras de acción, que se apoye en el trabajo conjunto con todos los actores de la sociedad para alcanzar el objetivo del cero neto en 2050.

Puedes descargar la publicación completa aquí.

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