A las empresas europeas se les sigue exigiendo transitar hacia la sostenibilidad ambiental. Esto no ha cambiado a pesar de los debates sobre el Paquete Simplificador Ómnibus, Stop-the-clock o la Green Claims Directive. Porque, aunque se consideren ciertas flexibilidades en la normativa, la obligación de adaptarse a los objetivos climáticos sigue vigente y demandando cambios en los modelos de negocio.
En este contexto, las empresas enfrentan un doble desafío: adaptarse a un marco normativo en constante evolución y anticiparse a los cambios para mantener su competitividad. Pero ¿qué opinan realmente las compañías sobre este futuro regulatorio climático? ¿Qué normativas tendrán mayor impacto y cómo pueden prepararse las organizaciones para no quedarse atrás?
En este artículo, trataremos de resolver estas preguntas en base al informe del EU Peer Learning Group sobre clima 2025, que surge de las conclusiones del grupo europeo de aprendizaje entre pares sobre clima y refleja la visión de empresas europeas líderes sobre las regulaciones medioambientales.
1. Incertidumbre ante la evolución del marco regulatorio
El informe del EU Peer Learning Group sobre Clima 2025 refleja que la incertidumbre regulatoria es uno de los principales obstáculos para la toma de decisiones estratégicas en el ámbito climático. En particular, se señala que los Planes Nacionales de Energía y Clima (NECP) carecen, en numerosos casos, de concreción en lo relativo a instrumentos regulatorios y financieros, lo que provoca:
Incertidumbre para planificar inversiones sostenibles a largo plazo.
Dificultades para anticipar los costes regulatorios que implicarán las nuevas obligaciones climáticas.
Desigualdades entre Estados miembros, lo que puede derivar en situaciones de competencia desleal en el mercado común.
A esto se suma la superposición de distintos marcos normativos como la CSRD, ESR o la taxonomía, cuya implementación no está alineada. Esta fragmentación regulatoria aumenta la complejidad para las organizaciones, especialmente para las pymes, que carecen de recursos técnicos o financieros para adaptarse con agilidad.
Aunque la Unión Europea trabaja para integrar y armonizar estos marcos, la falta de coordinación entre políticas sigue siendo una barrera significativa para avanzar de forma coherente en los objetivos climáticos.
2. Hacia un marco regulatorio más exigente: ¿dónde se pedirá más a las empresas?
Las empresas perciben que el entorno normativo se volverá más exigente, pero no siempre más claro. En este contexto, las empresas deben prestar especial atención a aquellas áreas en las que se anticipan mayores exigencias regulatorias a corto y medio plazo.
A continuación, se analizan los ámbitos clave donde la presión normativa será más intensa y transformadora.
2.1. Reducción de emisiones: presión creciente en sectores clave
Aunque los esfuerzos actuales han mejorado las proyecciones, con los Planes Nacionales de Energía y Clima (NECP) actualizados, los Estados miembros solo alcanzarían una reducción del 54 % de emisiones para 2030, por debajo del mínimo obligatorio del 55 %. Además, en sectores como el transporte, la edificación o la agricultura, regulados bajo el Reglamento de Reparto del Esfuerzo (ESR), la brecha es aún más significativa: se proyecta un 38 % frente al objetivo del 40 %.
¿Qué implicaciones tiene esto para las empresas?
Es previsible que la Comisión Europea refuerce las medidas regulatorias para cerrar la brecha de cumplimiento.
Podrían establecerse nuevos estándares sectoriales obligatorios, especialmente para sectores con menor desempeño en reducción de emisiones.
Se anticipan restricciones más estrictas en emisiones procedentes de flotas, edificios y operaciones industriales.
Además, aquellas empresas que no midan ni reduzcan su huella de carbono podrán quedar fuera de las cadenas de suministro globales o ver limitada su financiación.
2.2. Energías renovables y eficiencia: hacia una mayor obligatoriedad
Otro ámbito clave donde se espera un refuerzo normativo es el de la penetración de energías renovables y la eficiencia energética. El objetivo comunitario es alcanzar un 42,5 % de cuota de renovables en el consumo energético para 2030. Sin embargo, las proyecciones actuales solo alcanzan un 41 %, y el 73 % de los Estados miembros aún muestra brechas para llegar al objetivo.
Además, se señala que Europa no es eficaz en energía y que será necesario reforzar la política de eficiencia. Esto tendrá impacto directo en empresas, sobre todo en sectores intensivos en consumo energético.
¿Qué significará esto para las empresas?
Electrificación de procesos y flotas, especialmente en industrias intensivas en consumo energético.
Apuesta por el autoconsumo energético, mediante instalaciones fotovoltaicas u otras fuentes limpias.
Compromiso creciente con la compra de energía verde (PPA, certificados de origen, etc.).
Inversión en eficiencia energética a lo largo de toda la cadena de valor, incluyendo proveedores.
En este contexto, es probable que medidas hasta ahora voluntarias como los diagnósticos energéticos, auditorías o planes de mejora se conviertan en obligaciones normativas a través de legislación estatal o europea.
3. Ámbitos en los que las empresas demandan mayor regulación
Aunque el panorama normativo europeo se vuelve más estricto, muchas empresas señalan que la falta de marcos regulatorios sólidos y coherentes en ciertos ámbitos estratégicos dificulta la acción climática eficaz y creíble.
De hecho, el informe del EU Peer Learning Group sobre Clima 2025 recoge una conclusión clave: una regulación más clara y robusta no solo facilita el cumplimiento, sino que también otorga legitimidad y estabilidad a las estrategias empresariales en sostenibilidad.
A continuación, se detallan tres áreas en las que el tejido empresarial demanda una mayor regulación:
Créditos de carbono y declaraciones ambientales: el uso de créditos de carbono voluntarios como herramienta de compensación sigue generando controversia. Las empresas consideran que la ausencia de un marco regulador sólido conlleva riesgos de greenwashing, falta de confianza en el mercado voluntario de carbono e incertidumbre sobre cómo integrar la compensación en las estrategias net-zero.
Planes de Transición Climática (CTP): si bien la CSRD y marcos como la Transition Plan Taskforce (TPT) ya establecen ciertas expectativas, las organizaciones siguen demandando guías claras y adaptadas por sector que les permitan diseñar rutas de descarbonización creíbles y medibles. Persisten dudas sobre la estructura, la frecuencia de actualización y el nivel de integración de estos planes dentro de los informes de sostenibilidad obligatorios, lo que dificulta su adopción como herramientas operativas, y no meramente formales.
Naturaleza, biodiversidad y agua: aunque estos aspectos están contemplados en la evaluación de doble materialidad exigida por la CSRD, muchas organizaciones consideran que la falta de vínculos claros entre los impactos en la naturaleza y los riesgos financieros puede dejar estas áreas fuera de las estrategias.
4. ¿Cómo deben prepararse las empresas?
El informe EU‑PLG Climate 2025 no deja lugar a dudas: el cumplimiento climático ya no será negociable, y las empresas están en el centro de esta transformación. La ventana de oportunidad está abierta, pero se está estrechando. Solo aquellas organizaciones que se anticipen, se alineen con la regulación y contribuyan activamente a la acción climática lograrán mantenerse competitivas y relevantes en la próxima década.
Líneas de acción empresariales ante el futuro regulatorio climático
Línea de acción
Objetivo
Prioridad
Diagnóstico y medición de huella de carbono
Reducir emisiones y anticipar fiscalización
Alta
Alineación con normativas europeas (CSRD, ESR, taxonomía)
Cumplir nuevas exigencias regulatorias europeas
Alta
Electrificación de procesos y flotas
Reducir consumo de fósiles y anticipar regulaciones
Alta
Inversión en eficiencia energética en cadena de valor
Ahorrar costes y cumplir con exigencias futuras
Alta
Planes de adaptación al cambio climático
Minimizar riesgos físicos por eventos climáticos
Media
Participación en proyectos de captura natural (LULUCF)
Compensar emisiones y generar valor reputacional
Media
Estrategia de financiación verde (bonos, financiación mixta)
Acceder a capital verde y diversificar inversión
Media
Revisión de decisiones estratégicas con horizonte 2040
Evitar inversiones de alto riesgo regulatorio
Media
Integración climática en gobernanza y toma de decisiones
Fortalecer la resiliencia estratégica y reputacional
Media
Preparación para competir por fondos públicos climáticos
Asegurar acceso a oportunidades de financiación europea
Media
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