Principio 6

Las empresas deben apoyar la abolición de las prácticas de discriminación en el empleo y la ocupación

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Las empresas deben apoyar la abolición de las prácticas de discriminación en el empleo y la ocupación

El término de discriminación en el empleo y ocupación es: «cualquier distinción, exclusión o preferencia que produzca el rechazo o la desigualdad en las oportunidades o en el trato de solicitudes de empleo o de ocupación» realizada por razón de «raza, color, sexo, religión, opiniones políticas, nacionalidad de origen o extracción social». La discriminación puede basarse también en una discapacidad física o mental.

 

La discriminación en el empleo

 

La discriminación en el empleo y la ocupación significa tratar a las personas de manera diferente o menos favorable debido a características que no están relacionadas con su mérito o los requisitos inherentes del trabajo. Según la legislación nacional, estas características comúnmente incluyen: raza, color, sexo, religión, opinión política, nacionalidad, origen social, edad, discapacidad, enfermedades como el VIH / SIDA, afiliación sindical y orientación sexual. Sin embargo, el Principio 6 permite a las empresas considerar motivos adicionales en los que puede haber discriminación en el empleo y la ocupación. Las distinciones realizadas estrictamente en función de las exigencias inherentes al trabajo no se consideran discriminatorias.

 

Escenarios y condicionantes

 

La discriminación puede surgir en una gran variedad de situaciones relacionadas con el acceso al trabajo. Entre ellas se encuentra el acceso al empleo y a determinadas ocupaciones, a la formación y a la orientación profesional. Además puede producirse en cuanto a las cláusulas y las condiciones de contrato de empleo, tales como: la igualdad en la remuneración, el número de horas de trabajo y descanso establecidas, las vacaciones pagadas, la seguridad durante el periodo de ocupación, la política de ascensos, la seguridad social…

 

En algunos países cobra cada vez mayor importancia la discriminación en el trabajo por motivos de edad o por la condición de ser portador de VIH. También es importante subrayar que la discriminación en el trabajo surge en diferentes escenarios y puede ser un problema tanto en una empresa dedicada a la agricultura del entorno rural, como en una empresa urbana dedicada a la alta tecnología.

 

La discriminación puede producirse de variadas maneras, tanto en el momento de acceder al empleo como en el propio tratamiento proporcionado a los empleados una vez incorporados a sus puestos. Lo más común es que la discriminación se realice de forma indirecta y que surja cuando las reglas o prácticas tienen apariencia de realizarse con equidad cuando, de hecho, se está produciendo una situación de discriminación. Esta discriminación indirecta a menudo existe de manera informal en las actitudes y en las prácticas y, si no se combate, puede llegar a perpetuarse en las organizaciones.

 

La discriminación también puede tener raíces culturales que demanden un acercamiento individual más específico. Alguno de los colectivos que en nuestro país pueden sufrir un mayor riesgo de discriminación laboral son las mujeres, las personas con discapacidad psíquica y física, los mayores de 45 años, los menores de 25 y la población inmigrante.

 

Beneficios para las empresas de respetar el Principio 6

La apuestas de las empresas por la diversidad y la inclusión en el lugar de trabajo abre nuevas oportunidades de negocio y facilita la mejor gestión de riesgos, así como puede incrementar la productividad, actuar como una fuente de innovación o mejorar la satisfacción de clientes y socios.

 

Por el contrario, la discriminación laboral conduce a tensiones sociales que son potencialmente perjudiciales para el entorno empresarial dentro de la empresa y en la sociedad. En primera instancia, negando el acceso a los talentos de un grupo más amplio de trabajadores, y por lo tanto a las habilidades y competencias que podrían servir a la entidad. Estas malas prácticas a su vez generarán resentimiento en las personas y equipos de la empresa, traduciéndose en un menor rendimiento de las mismas. La discriminación aísla del mismo modo a la empresa empleadora de la comunidad en general y puede dañar la reputación de una compañía, afectando a las ganancias y el valor de las acciones.

 

Asimismo, estas malas prácticas afectan de igual forma a la economía nacional y global, ya que suponen oportunidades perdidas para el desarrollo de habilidades e infraestructura para su fortalecimiento.

 

Algunos ejemplos de cómo las empresas apoyan y respetan los derechos humanos a través de sus actividades:

En el lugar de trabajo

En la comunidad

Recursos
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