La Taxonomía verde europea o Taxonomía medioambiental se ha convertido una prioridad para que las empresas y los mercados se orienten hacia prácticas más ecológicas. De esta manera, la taxonomía establece criterios y estándares para poder identificar y clasificar qué acciones empresariales contribuyen de manera definitiva a la lucha contra el cambio climático y otros Objetivos de Desarrollo Sostenible centrados en el planeta.

La taxonomía es un ejercicio clave, además, para clarificar y potenciar las finanzas sostenibles y movilizar la inversión verde con criterios compartidos. Dentro de este complejo proceso, como última novedad, el pasado 24 de octubre, el Consejo de la UE aprobó el reglamento para que los bonos verdes europeos se ajusten a la taxonomía. En el mismo se especifican los requisitos para que estos productos puedan utilizar tal designación; un apoyo fundamental para la confianza de los mercados, dado que los bonos medioambientalmente sostenibles son uno de los principales instrumentos para financiar inversiones relacionadas con las tecnologías ecológicas, la eficiencia energética y de los recursos, o el transporte.

Renovar el sistema financiero alineándolo con la sostenibilidad es un reto clave de la agenda pública y privada para alcanzar un mercado más verde, resiliente y próspero, y la taxonomía es un aliado para tal fin.

Ante este desafío, en este artículo, hemos querido fomentar el conocimiento sobre la taxonomía verde europea y los bonos verdes europeos, además de explorar los pasos esenciales para que las empresas puedan integrar la taxonomía en sus estrategias, según la UE.

1. ¿Qué es la taxonomía de la Unión Europea?
2. ¿Qué son los Bonos Verdes Europeos?
3. Pasos claves para alinear la actividad empresarial con la taxonomía verde

1. ¿Qué es la taxonomía de la Unión Europea?

Como adelantamos en nuestro artículo “Taxonomía verde: qué es y cómo afecta a tu empresa”, la taxonomía de la Unión Europea es un sistema de clasificación de las actividades económicas ambientalmente sostenibles ¿Con qué objetivo? El de crear más transparencia en torno a la sostenibilidad de las acciones de las empresas, entre otros.

La taxonomía verde ayuda a los inversores a identificar actividades económicas medioambientalmente sostenibles. Un sistema de clasificación que se ha organizado en torno a seis objetivos medioambientales para marcar la transición a una economía que favorezca el desarrollo sostenible y la neutralidad climática. En el siguiente cuadro se relacionan estos seis principios con la Agenda 2030 de la ONU:

¿Quieres saber a qué empresas afectas, tener más información y recursos? Accede ahora a nuestra sección sobre normativas en sostenibilidad y conoce de primera mano la Taxonomía verde europea.

2. ¿Qué son los bonos verdes europeos?

Dentro del marco de la taxonomía verde europea, la aprobación del standard de los bonos verdes europeos pone a disposición de inversores globales una clasificación estandarizada de actividades económicas medioambientalmente sostenibles.

Los estándares (EUGBs) fomentarán la coherencia y la comparabilidad en el mercado de bonos verdes, beneficiando tanto a los emisores como a los inversores. Como último paso recientemente presentado, el Reglamento sobre el Estándar Europeo de Bonos Verdes (EUGBs) establece requisitos uniformes para aquellas entidades emisoras que quieren emplear la designación “Bono Verde Europeo” o “BVEu”.

Asimismo, los emisores de bonos verdes podrán demostrar que están financiando proyectos verdes legítimos alineados con la taxonomía de la UE, aumentando la confianza del inversor. Además, se reducirá el riesgo de greenwashing y se ayudará a aumentar la inversión en proyectos menos contaminantes.

Según la Unión Europea, el mercado de bonos verdes no para de crecer desde 2007 y ha superado el medio billón de dólares por primera vez en 2021. Sin embargo, la emisión de bonos verdes aún es reducida y representa únicamente entre  el 3% y el 5% de la emisión total de bonos, por lo que ofrece amplio potencial.

3. Pasos claves para alinear la actividad empresarial con la taxonomía verde

Para facilitar la alineación empresarial con el catálogo europeo, hemos querido poner el foco en los principales pasos que indica la guía de usuario de la Unión Europea y su nueva herramienta, EU Taxonomy Navigator. Para ello, tenemos que seguir estos cuatro pasos:

a. Comprueba si las actividades coinciden con las listadas en la taxonomía europea

En primer lugar, la elegibilidad: comprobar si alguna de las actividades económicas de nuestra empresa coincide con las actividades que aparecen en la taxonomía. Por cada uno de los 6 objetivos de la taxonomía, se incluyen diferentes actividades económicas que podrían ser taxonómicas o elegibles.

Si te preguntas cuáles son estas actividades, podrás encontrar todas ellas en el Acto delegado climático, con más de 80 actividades en diferentes sectores, y en el Acto delegado climático complementario, con actividades sobre sectores de gas y energía nuclear.

Para identificarlas mejor, apóyate en la EU Taxonomy compass como herramienta con actividades listadas por sector y la EU Taxonomy Calculator,  que aborda la elegibilidad de los compromisos no financieros de una forma más interactiva y rápida para la persona usuaria

Por ejemplo, en el objetivo de mitigación del cambio climático, algunas de las actividades que podrían ser taxonómicas son la renovación de edificios, la instalación y reparación de equipos eficientes energéticamente o el transporte de pasajeros y pasajeras. Estas actividades están asociadas con los códigos NACE, la clasificación estándar europea de actividades económicas

b. Identifica las actividades incluidas en la taxonomía europea

Vamos ahora con la alineación, que corresponde a los pasos dos, tres y cuatro. Una vez que hemos comprobado que efectivamente alguna de las actividades de nuestra empresa se incluye en alguno de los 6 objetivos de la taxonomía, con el segundo vamos a comprobar si efectivamente esta actividad cumple con este objetivo. Para ello, por cada una de estas actividades tenemos unos criterios de selección requeridos.

Por ejemplo, para la actividad renovación de edificios, uno de los criterios de selección es que esta renovación implique la reducción de energía consumida en un 30%.

c. Evalúa si las actividades reúnen los criterios técnicos

El tercer paso reside en identificar las actividades económicas que reúnen los criterios técnicos de no daño significativo (DNSH). Consiste en asegurarnos de que esta actividad no solo contribuya al objetivo de la taxonomía, sino que no cause daño a los otros cinco objetivos. Los criterios parten del Pacto Verde Europeo.

Podemos poner como ejemplo el transporte de pasajeros en tren, se trata de una actividad que aparece en el objetivo de mitigación de cambio climático y también cumple con los criterios de selección. Sin embargo, para que sea verdaderamente sostenible no debe tener impactos negativos en los otros objetivos. Uno de los criterios es que dentro de este transporte de pasajeros se realice una correcta gestión de residuos y desechos, para que esta actividad no tenga un impacto negativo en el objetivo de economía circular.

El tercer paso consiste en saber si las actividades económicas cumplen las garantías sociales mínimas. Estas garantías mínimas, entre otras,  siguen los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos, que podrás encontrar en nuestra biblioteca, y las Líneas directrices de la OCDE para empresas multinacionales o los principios de la OIT sobre el trabajo decente.

Los requerimientos de reporte de la taxonomía europea están especificados en el Acto delegado de divulgación. Recuerda que la CSRD o Directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad comprende detallados indicadores de reporte para la información de sostenibilidad donde los indicadores medioambientales presentan un gran protagonismo. completa y comparable. 

En conclusión, la alineación con la taxonomía verde europea no solo es una obligación para participar en el mercado, sino también una oportunidad para las empresas de liderar el camino hacia un futuro más sostenible. Al comprender los principios, evaluar la alineación actual, establecer objetivos claros e integrar la taxonomía en la estrategia empresarial, las organizaciones pueden no solo cumplir con los estándares europeos, sino también impulsar la innovación y la competitividad a largo plazo.

Si quieres más información sobre a qué tipo empresas afecta esta taxonomía y el calendario de publicación de requisitos de reporting, te invitamos a consultar en nuestra web de normativas la taxonomía ambiental europea.