25 de septiembre 2024 |

Gestión empresarial sostenible

Pacto para el Futuro: el momento de actuar es ahora

La aprobación del Pacto para el Futuro marca un hito excepcional en la historia de la humanidad y las empresas. Se trata de un acuerdo global que representa un compromiso histórico para dar respuesta a los desafíos más urgentes actuales. Con un enfoque en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, este pacto es una hoja de ruta ambiciosa y detallada para mejorar el mundo y la humanidad en los próximos años.

“Las decisiones que tomemos o dejemos de tomar hoy pueden hacer que retrocedamos aún más o que avancemos a un futuro más verde, mejor y más seguro. Es nuestra decisión”.

António Guterres, secretario general de la ONU.

Un acuerdo en el que el sector privado tienen un papel clave. Tanto grandes como pequeñas, las empresas están llamadas a abordar estos desafíos que van desde el cambio climático hasta las brechas digitales.

En este artículo, analizaremos el recién aprobado Pacto para el futuro a través de sus cinco objetivos claves, poniendo el foco en el papel clave de las empresas como agentes de transformación social.

  1. ¿Qué es el Pacto para el futuro?
  2. Los cinco ejes prioritarios del Pacto para el futuro

1. ¿Qué es el Pacto para el futuro?

El Pacto para el Futuro se trata de un acuerdo multilateral que da una respuesta integral a los desafíos actuales. En esa línea propone 56 “acciones” repartidas en 5 grandes ejes que puedan hacer frente a los conflictos y “mantener” la paz, así como medidas vinculadas a la crisis climática, los derechos humanos y las potenciales amenazas de la inteligencia artificial.

2. Los cinco ejes prioritarios del Pacto para el futuro

Desarrollo sostenible y financiación del desarrollo

El desarrollo sostenible es uno de los pilares cruciales del Pacto para el Futuro. Un acuerdo que ha reconocido que el crecimiento económico ha de ir de la mano del bienestar del planeta y las personas y que invita a acelerar los esfuerzos para alcanzar los ODS antes de 2030. A falta de seis años para cumplir con la Agenda 2030, sólo el 17% de las 169 metas que contienen los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 están en camino de conseguirse. Este eje busca la creación de un modelo económico que ponga en la balanza la preservación ambiental y la equidad social.

De este modo, el Pacto para el futuro hace un llamamiento a las organizaciones para promover un papel más activo en la sostenibilidad empresarial. En concreto, establece compromisos claros para reducir las emisiones de CO2, avanzar hacia una economía verde y asegurar una distribución justa de recursos. En este sentido, las grandes compañías no sólo deben reducir la huella de carbono, sino implementar actividades comerciales que sirvan de referencia e incorporar los ODS en su ADN.

Pero no sólo se queda ahí, sino que aborda cuestiones como la financiación de los países en desarrollo para que se avance hacia un futuro más sostenible donde no se quede nadie atrás.  Para ello, se promueve la inversión en ciencia, tecnología e innovación, y el impulso de las alianzas público-privadas con el objetivo de movilizar recursos y conocimientos.

Paz y seguridad internacional

Mientras los conflictos a nivel global continúan estallando, el Pacto para el Futuro subraya la importancia de la paz y la seguridad internacional. Para ello, centra su acción en fortalecer los mecanismos de resolución de conflictos y promover la diplomacia para prevenir guerras. Además, hace referencia a la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU para lograr ser más inclusivas y representativas.

También se reconocen el desarme y la reducción de arsenales nucleares como puntos clave. Y se subraya la importancia de la cooperación frente a amenazas como el terrorismo, el crimen organizado y la ciberseguridad y se hace un llamamiento a la necesidad de respetar el derecho internacional y fortalecer la diplomacia multilateral.

En este contexto, las empresas también tienen un rol fundamental en la promoción de la seguridad global. Pueden contribuir asegurándose de que sus actividades no alimenten conflictos armados, ni violen los derechos humanos o degraden el medio ambiente. Asimismo, su influencia en el ámbito digital es crucial, promoviendo un entorno seguro mediante la protección de datos, la lucha contra el cibercrimen y la colaboración con los gobiernos. En definitiva, la paz no solo es esencial para la estabilidad mundial, sino también para garantizar entornos propicios para la inversión y el comercio.

Ciencia, tecnología, innovación y cooperación digital

El tercer eje sobre el que gira el Pacto para el Futuro es el poder de la ciencia, la tecnología y la innovación. Un hecho que se recoge en el Pacto Digital Global, también aprobado, que busca eliminar las brechas digitales, multiplicar la inclusión digital y fomentar un espacio digital comprometido con los derechos humanos.

Con la tercera revolución industrial en pleno desarrollo, el pacto reconoce el papel de la cooperación digital para cerrar la brecha tecnológica entre los países y garantizar que las nuevas tecnologías sirvan para beneficiar a la humanidad. Para ello, es crucial fomentar la investigación científica, promover el uso ético de la inteligencia artificial y asegurar que la innovación digital sea accesible para todos. ¿Su objetivo? Garantizar que la tecnología catalice el desarrollo inclusivo, y no la desigualdad.

Alcanzar estos objetivos requerirá una colaboración estrecha entre gobiernos y empresas para crear marcos éticos y de gobernanza. En especial, las empresas tecnológicas tendrán una gran responsabilidad. Su inversión en innovación —como la inteligencia artificial, el big data y el internet de las cosas— puede acelerar el cumplimiento de los ODS. Pero, además, deberán garantizar que esta tecnología sea accesible para las comunidades más vulnerables, promover una gobernanza digital responsable, crear productos que respeten los derechos humanos y proteger la privacidad de los usuarios mediante un uso ético de los datos.

Juventud y generaciones futuras

¿Es la juventud el futuro? La respuesta es un rotundo sí y, por este motivo, el Pacto para el Futuro busca proteger sus derechos y asegurar su prosperidad. En este sentido, es vital que las generaciones futuras hereden un mundo en paz, sostenible y próspero.

“No podemos construir un futuro para nuestros nietos y nietas con un sistema construido para nuestros abuelos y abuelas”.

António Gutèrres, secretario general de la ONU.

Con este objetivo, también se ha aprobado la Declaración sobre las Generaciones Futuras que establece 13 compromisos que integren los intereses de estas generaciones en las políticas actuales. Sus compromisos incluyen: mejorar el acceso a la educación, crear empleo digno, incrementar su participación en las decisiones políticas y sociales y abordar la crisis climática desde una perspectiva intergeneracional.

En resumen, esta declaración asegura que las decisiones de hoy no solo beneficien a las generaciones actuales, sino también a las futuras.

Esta tarea también concierne a las empresas. En ellas está la responsabilidad de adoptar una visión de largo plazo en sus decisiones, apoyar iniciativas educativas y de desarrollo de habilidades adaptadas al mercado laboral, empoderar a emprendedores y empleados jóvenes, e integrar sus perspectivas, adoptando prácticas sostenibles que protejan su futuro.

Transformación de la gobernanza mundial

Por último, uno de los ejes más ambiciosos de este Pacto es la transformación de la gobernanza mundial. La globalización nos muestra que los gobiernos nacionales son insuficientes para los desafíos transnacionales. Por eso, este eje busca una reforma integral de las instituciones globales, haciéndolas más inclusivas, transparentes y eficaces.

En este aspecto, democratizar los organismos internacionales, liderados por las Naciones Unidas, significa incluir a otros actores, como las organizaciones no gubernamentales y las empresas. Esto permitirá una gestión más justa, eficiente e inclusiva. La cooperación internacional basada en la solidaridad y el respeto al derecho internacional será esencial para abordar problemas globales como el cambio climático, los conflictos armados y las crisis económicas.

En este contexto, las empresas deben implantar una mayor sostenibilidad empresarial, cumpliendo las normas internacionales de derechos humanos y sostenibilidad y fomentando la transparencia y rendición de cuentas. Además, se insta a las empresas a tejer alianzas multilateralitas para dar solución a problemas como el cambio climático y las crisis económicas. Y se les invita a asegurar un comercio justo y sostenible, especialmente en los países en desarrollo que cierren las brechas económicas.

En conclusión, el Pacto para el Futuro posiciona al mundo en la posición de salida hacia una meta más inclusiva y sostenible. Un pacto que dependerá del sector privado para dar respuesta a los desafíos globales y que las decisiones que tomemos hoy, determinen el buen destino del mañana.

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